Las esferas son elaboradas con la técnica del vidrio soplado y es considerada una pieza de arte popular. En México son dos poblados pioneros en la producción de esta artesanía: los Pueblos Mágicos de Tlalpujahua, en Michoacán, y Chignahuapan, en Puebla.
La llegada a México de esta celebración para el período navideño en el siglo XVII, inicia con la preparación del árbol, la corona y los cirios de adviento. Hoy en México son dos los poblados pioneros en la producción de esta artesanía: los Pueblos Mágicos de Tlalpujahua, en Michoacán, y Chignahuapan, en Puebla.
Chignahuapan, pueblo mágico, con una actividad industrial enorme que produce decenas de millones de esferas al año, con más de 200 fábricas y talleres que alimentan a este pueblo, y que contagia el colorido de las esferas y otros adornos festivos a sus fachadas, sus principales calles comerciales están dedicadas a la venta de ellas, al igual Tlalpujahua en Michoacán que también se dedica a la venta de adornos navideños con la misma especialidad.
Las esferas son elaboradas con la técnica del vidrio soplado y es considerada una pieza de arte popular, por el empeño y creatividad que aplican los artesanos mexicanos fabricantes.
La herencia artística de este oficio de coloridas obras de arte se traspasa de generación en generación, lo que lo ha enriquecido tanto en técnica como en creatividad, ya que es posible encontrar tantos tipos y diseños de esferas como la imaginación lo permita. Las esferas navideñas le dan colorido al espíritu festivo e íntimo del mundo.
La Propiedad Industrial no es ajena a ésta práctica, por lo que se puede registrar todo tipo de diseño y marcas.
Lic. Abigail Cadena